Viviana Beltrán

De las prepelonas y poscornelas

Arte, fotografía y documentales

De las prepelonas y poscornelas

De las prepelonas a las poscoronelas

Desde la mirada de la historia de las mujeres, el feminismo, la fotografía y las “manualidades propias de las mujeres”, Prepelonas y poscoronelas, recupera un período de la historia de México que nos lleva de finales del siglo XIX a las primeras cuatro décadas del siglo XX.

En este libro de artista, Viviana Beltrán, plantea una crítica a la forma en que la Historia ha presentado a las mujeres. La crítica puede ser un arte sutil. Un arte porque a través de las labores de manos, históricamente denominadas como lo propio de las mujeres, subvierte la visión masculina al intervenir las imágenes para dar cuenta de las luchas que las mujeres de México tuvieron que dar en la época ya señalada.

Vemos así representaciones virginales en mujeres de carne y hueso, –que sufren y padecen–; mujeres recorriendo trechos en apariencia cortos pero que suponen en sí un calvario, no sólo por estar camino arriba desafiando el orden social establecido, sino además, por estar lleno de obstáculos que le hacen  lento y difícil de andar.

Vemos las resistencias frente a la idea del ser mujer, impuestas a través de las actividades o los lugares que podemos ocupar las mujeres, como participar en la guerra, ascender en la jerarquía militar, pelear por el reconocimiento y perderlo por ser mujer, o protestar a través del largo del cabello, cortándoselo a “la garçon” en una peluquería para varones. Todo ello puede ser una vía para protestar pese a que las denigren llamándolas “pelonas” y las señalen como trasgresoras, marimachas o travestis.   

Las luchas de las mujeres han sido largas en el tiempo: obtener derechos laborales, acceso a la educación,  ser reconocidas como ciudadanas para tener derecho al goce y a decidir sobre su cuerpo. Son algunas de las más emblemáticas, no concluidas pero sí avanzadas.

De todas estas luchas nos da cuenta Viviana de una manera sencilla, artísticamente poderosa y totalmente femenina. La fotografía intervenida, los textos que la acompañan, el orden en el que lo presenta, nos impele no sólo a la contemplación sino también a la reflexión pues en el guiño, en el contraste, en lo añadido, está la crítica. No es lo mismo ser retratada como la hija del General Elías Calles que serlo como una mujer representante de los pueblos originarios; no es lo mismo retratar a la familia burguesa porfiriana que a la familia campesina en el contexto de la Revolución.

Los invito a gozar de esta obra. A mirarla, leerla y releerla,  porque ahí, en las múltiples miradas, están las varias lecturas que este trabajo artístico, histórico y crítico nos propone.  

 

Oliva Solís Hernández (FCPyS-UAQ)